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Retiro espiritual… un tiempo de encuentro con Dios y con uno mismo

Los miembros de la “Delegação Mãe de Deus” en Brasil nos reunimos para nuestro retiro anual del 23 al 28 de enero de 2022, en la casa de retiros “Recanto Bom Pastor” en Campo Magro-PR. El retiro fue guiado por el predicador Dom Luiz Soares Vieira, arzobispo emérito de Manaos, bajo el tema “la experiencia de Dios”.

Como es costumbre reunirse cada año en la última semana de enero para el retiro anual, todos estábamos presentes el domingo por la tarde en un ambiente de gran alegría, esperando el comienzo de otro ejercicio espiritual. Después de la cena, el predicador nos invitó a la sala de conferencias donde presentó el programa general del retiro, estableciendo dos conferencias al día. Al introducir el tema sobre la experiencia de Dios, hizo hincapié en que sus reflexiones se basarían en la Palabra de Dios experimentada en su propia vida. 

En las charlas iniciales se centró en la necesidad de descansar. El ser humano no es una máquina; necesitamos descansar para producir bien. El retiro es un momento privilegiado para descansar del cansancio físico y mental.

Al reflexionar sobre la experiencia de Dios, el predicador nos planteó una pregunta seria: ¿cuál es la idea o imagen que tengo de Dios? ¿Cómo puedo experimentar el amor manifestado en Jesucristo si la imagen que tengo es la de un Dios castigador, autoritario y ausente? El retiro es un momento para purificarse de las falsas imágenes.

La verdadera imagen de Dios se construye en el encuentro personal con Cristo. Es el encuentro con Jesús de Nazaret lo que motivará a una persona a dar un salto de fe, como hicieron Nicodemo, la Samaritana, Zaqueo y muchos otros. Hoy estamos llamados a experimentar a Dios a través de su Palabra, que nos impulsa a avanzar de forma segura y certera; es la luz en nuestro camino. La experiencia de Dios a través de su Palabra suscita en nuestro corazón un sentimiento de comunión, de pertenencia y de colaboración. A través de un auténtico diálogo con el Señor, la oración personal, que no es ni escapismo ni intimismo, nos transforma en verdaderos testigos de su amor.

La fuerza que los primeros cristianos encontraron para dar testimonio de Jesucristo provenía de la Eucaristía. El libro de los Hechos de los Apóstoles relata esta experiencia que tuvo la Iglesia en los primeros siglos. Al tener la misma experiencia a través de la Eucaristía, nos sentimos agraciados y fortalecidos por la presencia del Resucitado que camina con nosotros. Esta gracia nos ayuda a discernir sabiamente lo que es bueno y lo que es malo para nuestra vida; si algo es de Dios o no.  

La forma en que María experimentó a Dios en la Anunciación tiene mucho que enseñarnos. Consciente de ser la madre del Hijo de Dios y plenamente habitada por el Espíritu Santo, no se guardó el fruto de su fiat para sí misma, sino que se apresuró a compartirlo, sirviendo a su prima Isabel en su necesidad. Al compartir su experiencia, Isabel es tocada con el poder del mismo Espíritu y el niño salta en su vientre. Al compartir nuestra experiencia de Dios, las personas se enriquecen y son agraciadas con el mismo don.

Fueron días de gran riqueza espiritual y fraternidad para todos nosotros. La Eucaristía celebrada con devoción y amor por Dom Luiz, nos conmovió profundamente. Estamos inmensamente agradecidos con Monseñor Luiz por ser el instrumento de Dios y por habernos guiado espiritualmente en estos ejercicios espirituales. Imbuidos de las gracias del Altísimo, volvimos más dispuestos y fortalecidos a nuestras actividades pastorales.

Padre Marciano Scapini S.d.P.

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