Nuestro logo
El logotipo de los Misioneros Siervos de los Pobres está compuesto por varios elementos que tienen un significado preciso.
La figura estilizada de la Virgen de la Misericordia, el globo, la cruz, las espigas y el lema expresan el carisma de nuestro Instituto.
Desliza el ratón sobre las figuras de abajo y descubre el significado de los elementos que componen nuestro logotipo.
La silueta pretende representar a María, Madre de la Misericordia que abre sus brazos en un gesto de amor y protección hacia nuestra Congregación. El Padre Santiago nos presenta a María como "la Gran Madre de Dios, nuestra primera Superiora y nuestra Madre, que nos defiende de las asechanzas del infierno..." (LeA I/1, p. 235) y nos recomienda ir a Su escuela "para aprender la perfecta imitación de Jesús, vida nuestra" (LeA II, p. 563).
En el centro está el mundo: como cristianos y más aún como misioneros boconistas estamos llamados a anunciar a los más pobres la Buena Noticia de Jesucristo: "Corramos allí donde la miseria se presenta más necesitada, espiando todos los males del género humano para que nadie quede sin consuelo" (PeC p.9), "propagando la fe por medio de la caridad" (Filippello II/1, p. 257).
La Obra del Bocado del Pobre tiene sus raíces en la Eucaristía: "Este misterioso nombre, con el que nació una obra en beneficio de los infelices, surgió de la idea de la Santa Eucaristía, el Sacramento del Divino Amor por el que Jesucristo, haciéndose pan de vida eterna y comunicándose en la fracción de la misma a los pecadores que son en sentido propio los pobres por estar privados de todo bien eterno, viene a buscarlos quitándoles el hambre de todo apetito extraño y perjudicial y nutriéndolos con el verdadero alimento que da la vida y la vida eterna" (Filippello II/2, p. 226).
La cruz es el signo de la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y de su amor por la humanidad. El Padre Fundador llamó "¡dichosas las almas que viven a la sombra de la cruz!" (LeA I/1, p. 543) y repetía: "La cruz lleva al cielo" (Ibid., p.111). La cruz griega, símbolo de los cuatro puntos cardinales, nos recuerda la universalidad de la misión de vivir y testimoniar el Evangelio mediante la opción por los pobres y los marginados.
Las espigas de trigo son un llamamiento a la unidad y a la comunión en la diversidad: solamente si cada grano de trigo se entrega a las manos del Panadero puede convertirse en alimento para los demás. El padre Santiago quiso establecer una comunidad de personas que se amen entre sí y que cultiven amor por los más pobres, sacramento de Jesucristo: "¡Oh! ¡Cuán dulce y acogedor será vivir en comunidad, cuando, por el espíritu de la verdadera observancia, cada persona que la componga sea miembro de esa unidad que forma el cuerpo místico de Jesucristo!" (LeA I/1, p. 602).
"¡Feliz aquel día en que el anzuelo del "bocado" sea capaz de tomar juntos el corazón del rico y el corazón del pobre, cuando sea capaz de unir todos los corazones en uno, cuando sea capaz de decir que todos en unidad de amor formamos un solo corazón, una sola alma!" (Filippello II/1, p. 64), manteniendo siempre la mirada fija en Dios y en los Pobres.
"El título de S.d.P. no es una expresión vacía... es un título que da a conocer nuestra misión de servir a Jesús pobre y sufriente en la persona de los Pobres; y debemos responder al significado de la palabra, sirviendo a los pobres como a la persona misma de Jesucristo" (Filippello II/2, pp. 215-216).