«Antes de formarte en el vientre te conocí, antes de que salieras a la luz te ungí». (Jr 1, 4-5)
Estas palabras del profeta Jeremías ayudan a expresar la alegría que embarga nuestros corazones: el Señor ha hecho grandes cosas por nosotros.
El 21 de noviembre del presente año en la solemnidad de Cristo Rey del Universo, nuestra Congregación conmemoró los 134 años de su fundación. La solemne celebración, presidida por nuestro Superior General, el Padre Salvatore Russo, contó con la presencia de numerosos sacerdotes venidos para la ocasión.
En este día consagramos nuestras vidas para siempre al Señor, a la Iglesia y a nuestros hermanos, según el espíritu y el carisma de nuestro Fundador, el Beato Santiago Cusmano.
Estos momentos de alegría son el fruto de un camino que ha durado años; años de sacrificio, estudio, abnegación y discernimiento vocacional que nos han llevado a decir nuestro «sí» y a consagrarnos a perpetuidad a Él en la Congregación.
Hay muchos sentimientos presentes en nuestros corazones que no podemos expresar con palabras. En primer lugar, la gratitud al Señor, que nos ha llamado a seguirle más de cerca; después, la gratitud hacia nuestros padres y familias y, sobre todo, hacia nuestros Superiores, que nos han guiado y acompañado en este particular camino.
Recordamos especialmente los momentos de fraternidad vividos en nuestras comunidades con todos los hermanos, acogiendo y compartiendo nuestras diferencias. Por nuestra parte, nos hemos comprometido desde los primeros momentos, buscando la voluntad del Señor y, sobre todo, tratando de aplicarla en nuestra vida cotidiana. Los momentos que hemos vivido en el servicio pastoral han sido inolvidables y formativos para nosotros, momentos que nos han permitido relacionarnos y conocer a muchas personas nuevas.
Esperamos y deseamos continuar y seguir siempre adelante, con perseverancia, constancia y confianza en el Señor que, con nuestra colaboración, llevará a término lo que ha comenzado en nosotros.
Hnos. Christal Bai y Ronel, S.d.P.
