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Consagrarse a Cristo para servir a los necesitados

Llenos de alegría, queremos compartir brevemente y de manera simple, la experiencia del día solemne de nuestra consagración definitiva en la familia religiosa de los Misioneros Siervos de los Pobres. Fue el 6 de mayo de 2021 cuando profesamos nuestros Votos Perpetuos en esta familia cusmaniana, signo de inquebrantable consagración a Cristo. La profesión de los Votos tuvo lugar en la Parroquia de “Saint Monique” en Muamba Mbuyi, en la República Democrática del Congo, en un ambiente de júbilo. 

De hecho, la búsqueda de la caridad perfecta a través de los consejos evangélicos tiene su fuente en la enseñanza y el ejemplo de Cristo, el Señor. Y es Cristo quien llama a cada hombre a seguirle y a servirle según su estado de vida. Esto último, si es necesario, es el celibato consagrado que hemos elegido. Y esta elección fue hecha libremente para nuestra consagración a Cristo Pobre, Casto y Obediente. Hemos querido consagrarnos totalmente al servicio de nuestros hermanos, y a Cristo que se identifica en los Pobres, porque quien da a los Pobres presta a Dios.

Emitir los Votos Perpetuos en la congregación de los Misioneros Siervos de los Pobres fue para nosotros, en primer lugar, un motivo de alegría, porque marcó un paso decisivo en nuestro camino vocacional. En segundo lugar, expresa la conciencia de una responsabilidad diaria que nos invita a unirnos a los miembros de nuestro Instituto para llevar a cabo el carisma y la obra de nuestro Fundador el Beato Santiago Cusmano. Por último, emitiendo los Votos Perpetuos, también nos presentamos como un signo de donación para que, con nuestro estilo de vida, podamos atraer a otros a Cristo. No nos consideramos como personas que han llegado, sino como aquellos que están en constante búsqueda de Cristo, dedicados al servicio de los demás.

En nuestra realidad social, respondemos al carisma del Fundador con nuestra atención sostenida y nuestra asistencia multifacética a los desatendidos y a todos los que comparten su vida cotidiana con nosotros. También trabajamos para promover las vocaciones religiosas. Y contando con la gracia de Cristo, le pedimos que nos haga religiosos que vivan según su corazón y siempre en la presencia de Dios y que reciban todo de sus manos.

Hnos. Samuel Beya, Merlin Kapinga
y Jonas Tshipadi, SdP.

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