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PADRE SALVADOR GAMBINO: «Una vida por el Evangelio y por los pobres»

El padre Salvador Gambino nació en Altofonte, Palermo, el 7 de septiembre de 1849, hijo de Jacinto Gambino y Josefa Colella. Fue bautizado por el sacerdote Salvador Bonomo en la parroquia de Santa Maria d’Altofonte.

De su familia aprendió los primeros elementos de formación humana y cristiana, que luego le llevaron a iniciar un curso de formación sacerdotal en el Seminario de Monreale, donde se distinguió por la agudeza y fervor de espíritu, como también por el provecho en los estudios.

El 20 de septiembre de 1873 fue ordenado diácono y un año más tarde, el 20 de septiembre de 1874, recibió el orden presbiteral en la catedral de Monreale; el obispo ordenante fue monseñor José María Papardi, arzobispo de Monreale.

El padre Gambino ejerció inicialmente su ministerio sacerdotal en su pueblo, pero al cabo de unos cuatro años se trasladó a Palermo, donde comenzó a enseñar latín, griego y filosofía. Allí conoció al padre Santiago Cusmano y a la Asociación Bocado del Pobre, que trabajaba para aliviar el sufrimiento de los muchos pobres que llenaban la ciudad de Palermo.

A principios de 1881, abandonó la enseñanza en el Seminario de Palermo para dedicar toda su vida a los últimos de la sociedad, convirtiéndose así en Siervo de los Pobres. Inmediatamente se distinguió por su bondad y servicio a los pobres, y varias veces fue a las diversas casas fundadas en Sicilia: Giarre, Agrigento, San Cataldo y Valguarnera.

Padre Salvador Gambino, sdp.

El 21 de noviembre de 1887, el padre Santiago Cusmano fundó la comunidad de los Misioneros Siervos de los Pobres en presencia del cardenal Miguel Ángel Celesia, que dio a cada uno un crucifijo. El Padre Salvador Gambino fue uno de aquellos pocos sacerdotes que iniciaron nuestra Congregación.

Con la muerte del Padre Santiago Cusmano, el 14 de marzo de 1888, se abrió un segundo momento para la recién fundada Congregación. El P. Gambino consideró que era el momento oportuno para llevar el carisma cusmaniano fuera de los límites de Sicilia, por lo que, tras pedir al nuevo Superior general, el P. Francisco Mammana, las autorizaciones necesarias, comenzó a prepararse para partir en misión.

El 29 de agosto de 1893 parte para los Estados Unidos de América con algunos frailes, tres huérfanos y dos obreros. Llegaron a Nueva York el 17 de septiembre del mismo año. Al cabo de unos meses, se trasladó con los demás al sur, a Yuma y Tucson. Como tuvo dificultades para instalarse y poner en práctica el carisma, decidió entonces continuar su viaje más al sur, hasta llegar a Chihuahua, en México. En 1893 México se encontraba en una situación política muy caótica, eran los años de la Revolución.

A pesar de todo, el padre Salvador Gambino fue nombrado párroco de una gran parroquia, Santa Cruz de Rosales, formada por varios pueblos, y su servicio duró unos 20 años. En enero de 1914 fue deportado y tuvo que refugiarse en Estados Unidos, donde ejerció su ministerio pastoral en la ciudad de Bisbee durante dos años. En 1916 regresó a México en Chihuahua donde reanudó sus actividades con huérfanos y ancianos. Murió el 8 de marzo de 1927.

El Padre Salvador Gambino fue una figura gigantesca y bíblica, un verdadero y auténtico discípulo de Cusmano, una imagen viva y profética de esa innumerable milicia de sacerdotes italianos, que hasta el día de hoy han seguido generosamente las huellas de Cristo en las tierras de América, llevando allí la fe y el coraje con humildad y paciencia indomable.

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